31 agosto 2007

Filosofía barata, colonias y un viaje a New York

(Este post debió ser publicado el lunes 27 de agosto, pero sin conexión a Internet sólo pudo ser escrito en un triste documento de word)

-La vida son momentos y no tener cuatro o cinco euros más en el bolsillo-, dijo el filósofo de tres al cuarto que llevo dentro. Sería el efecto de las tres 'colonias' (alguien me dijo que la ginebra sabía a a colonia y yo quise probarlo...) que me había tomado o que la compañía -jqn y V- era más que agradable o que era una noche sin agobios y sin malos humos (las fiestas de los pueblos dejan vacíos los bares de la ciudad)... pero aquella frase me salió del corazón. Lo pensaba entonces y lo sigo pensando ahora, 48 horas después. Al oir aquella afirmación jqn me miró extrañado y dijo: -Tienes razón-.

Suele pasar en las noches tranquilas de verano, con el alcohol justo y la consecuente exaltación de la amistad. Las palabras fluyen con rapidez y los recuerdos se agolpan en la cabeza. Alguien cita el nombre de una mujer y entonces vuelve a tomar cuerpo aquella historia, cuando jqn se acercó a esa morena que destacaba entre la multitud. La táctica, por una vez, fue la correcta, sencilla pero con un punto de originalidad. Fingió ser un relaciones públicas del local y simuló que estaba haciendo una encuesta entre las personas allí presentes... No sé muy bien como lo hizo, pero consiguió su número de teléfono.

Con la morena tuvo una relación corta, pero supongo que intensa...Recuerdo otra noche en la que para que jqn pudiera hablar tranquilamente con ella tuve yo que "ocuparme" de su amiga. Hablaba tanto que a los diez minutos ya sólo asentía con la cabeza mientras mi mente viajaba en otra dirección. Cuando comprobé que jqn tenía el asunto controlado, le dije a la amiga-parlona:

-Se está haciendo tarde-
-¿Te vas a ir ya?-
-¡Pues sí!-
Fue una respuesta contundente y ella me lanzó una mirada desafiante. Demasiado bla, bla, bla...

En fin, que jqn y la morena tontearon durante unas semanas hasta que ella se fue a vivir a Nueva York.

La otra noche volvió a surgir el nombre de la morena, jqn suspiró y yo, utópico como siempre, le dije:

-Vete a Nueva York un fin de semana. Quedas con ella y disfrutas del momento-
-Es que no estoy para muchos gastos ahora mismo
- contestó él.

Y fue entonces cuando solté mi frase de filosofía barata.

Al llegar a casa recordé una canción de Ryan Adams, busqué el mp3, pero resulta que no lo tenía en casa. Pensaba completar aquella noche divertida y sencilla escuchando ese tema y me quedé con las ganas. Hoy, por fin, puedo escucharlo y disfrutar de ese momento, aunque con retraso claro.



DEDICADO A JQN

25 agosto 2007

Bla, bla, bla...

Llevaba una semana sin poder conectarme a Internet y ya tenía un mono considerable. Al final va a ser que esto de los blogs engancha. Os dejo con un tema de Sidonie que yo me voy a leeros...

17 agosto 2007

Historias de un globero II: El pinchazo

Se produce por sorpresa, aunque en ocasiones se intuye su inminente llegada. Puede provocarlo una piedra, un clavo, un cristal o un simple cardo… Sea como sea, cuando el aire se va no queda más remedio que detenerse, echarse a un lado y reparar el dichoso pinchazo.

El de ayer fue de los esperados, de los que dependen en gran medida de la suerte. Quedaban 200 metros para salir de esa pista repleta de piedras en la que costaba mantener la verticalidad y apenas un par de segundos antes por mi cabeza había pasado un mensaje optimista: “Ya no queda nada. Si salgo de este tramo sin pinchar, podré disfrutar de lo que queda de bajada”. Entonces, la rueda trasera pasó por encima de la enésima piedra, y en vez de absorber el impacto, el filo cortante del maldito canto se hizo hueco entre los tacos de la cubierta y acabó por provocar lo que los ciclistas llamamos ‘mordisco’, un pinchazo doble que más parece causado por un par de colmillos que por un simple pedrusco.




Cuando frené en medio de aquella riada de piedras sueltas me dio por sonreír. A la vuelta de la siguiente curva, aquel maldito camino se transformaba en una pista forestal asfaltada durante el pasado invierno para facilitar el transporte de troncos y los pedruscos desaparecían por completo. Caminé hasta ese cruce con la bici al hombro por miedo a pinchar también la rueda delantera y allí, ‘a la sombra de los pinos’ reparé el pinchazo.

Me lo tomé con calma, a J. (mi acompañante en esa ruta) le dio tiempo a alcanzarme, a detenerse junto a mí y a comer tranquilamente su arsenal de barritas energéticas. Mientras él recuperaba fuerzas, yo me desesperaba dando aire a la rueda con una pequeña bomba.

De nuevo sobre la bici, la espectacular bajada que me quedaba por delante se convirtió casi en un trámite. No la disfruté como debía ante la posibilidad de un nuevo pinchazo y cuando quise reaccionar, ya se había terminado…

13 agosto 2007

Anécdota masiva

Fueron apenas cinco segundos. Al principio pensé que estaba soñando, pero cuando abrí los ojos aún me dio tiempo a certificar que no era, precisamente, una pesadilla lo que estaba moviendo mi cama. De la impresión pegué un salto y me puse en pie. Entonces regresó la calma y me inundó una tremenda sensación de desconcierto.

Cuando pude juntar un par de neuronas, lo primero que me vino a la cabeza fue que se había producido un terremoto en algún lugar más o menos lejano y que su onda expansiva había pasado por debajo de mi edificio. En ese momento, entró mi madre en mi cuarto:

- ¿Jc77 no has notado que la cama se movía?
-Sí, de hecho me he levantado corriendo de la cama…
- ¿Qué habrá sido?
- Imagino que la onda expansiva de algún terremoto.
- ¡Qué raro!


Mi madre no debió quedarse muy convencida con mi explicación, porque rápidamente inició una ronda de llamadas a familiares y amigos para preguntarles si habían sentido el temblor. Mientras tanto, yo encendí la radio y casi al instante la locutora dijo:

-Nos acaban de confirmar que el epicentro del terremoto se ha situado en la provincia de Ciudad Real (a unos 350 kilómetros de mi casa) y que su magnitud es 4,7 (después se confirmaría que era de 5,1) en la Escala de Richter.

Sismografo

Al oírlo volví a incorporarme de la cama con intención de ir a contárselo a mi madre pero ella entró en la habitación antes de que yo pudiera dar el primer paso:

- Me ha dicho una vecina que acaba de oír en la radio que ha sido un terremoto.

Pues sí, había sido un terremoto. Ya tengo una anécdota más que contar…lástima que tenga que compartirla con otros varios cientos de miles de ciudadanos.

07 agosto 2007

'Lucha de gigantes'

Es lo que tienen las ciudades pequeñas, que uno acaba enterándose de todo.

Hace no mucho tiempo me presente a unas oposiciones para un puesto de periodista en una institución pública de mi ciudad. La gente me lo advirtió desde el principio: “No pierdas el tiempo, esa plaza está dada y la oposición es un mero trámite”. Sin embargo, pese a todo, decidí que iba a intentarlo. Era una buena oportunidad de volver a trabajar ‘de lo mío’, de iniciar el camino hacia la tan deseada estabilidad laboral… ¡Qué ingenuo!

Pasé el primer examen, un test sobre leyes y normativas varias, y aunque no había obtenido una gran nota, lo cierto es que estaba cerca, mantenía opciones. Hubo una segunda prueba, mucho más práctica y específica, y de repente me situé en tercera posición, a muy poca distancia del segundo, pero a una diferencia insalvable de la primera clasificada… La fase de concurso de méritos final fue un simple trámite, la plaza ya estaba dada. Y para certificarlo aún más, si cabe, los miembros del tribunal se inventaron un criterio de valoración que no venía en la convocatoria: sólo serían tenidos en cuenta los contratos en los que se fijara específicamente que se había trabajado como periodista y se desecharían todos aquellos en los figurara como categoría: redactor, ayudante de redactor, locutor, presentador… es decir, lo mismo pero con otro nombre. Así, todos los que como yo debíamos alcanzar el máximo de puntos nos quedamos a un distancia abismal de la única persona que parece ser que había trabajado como periodista…

Como uno ya venía avisado, la decepción fue pasajera. Apenas un momento de cabreo y un par de días de la típica resignación. Contra estos ‘gigantes’ no se puede luchar.

Pero como decía el principio, aquí uno acaba enterándose de todo. Y no hablo de los rumores que indicaban que ‘la ganadora’ mantenía relaciones más que íntimas con el máximo representante de dicha institución, ni de los que insistían en que llevaba preparando la oposición desde mucho antes de que fuera convocada…no. Hablo de unas palabras que se escaparon de la boca de uno de los miembros del tribunal ante una persona que me conoce: “El mejor examen práctico de largo fue el de un tal … (jc77), pero no pudimos hacer nada. Si no llega a estar la otra persona la plaza habría sido para él”. Ayer me lo contaron, me quedé perplejo, y una vez más, como dice el gran Antonio Vega, el aire volvió a convertirse en gas natural.


Antonio Vega - Lucha de gigantes

02 agosto 2007

¿Crees en la felicidad completa?

Si no creyera en ella, ya me habría retirado hace tiempo de esto que llamamos vida…


¿Para qué sirve la utopía?
Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre dos pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar

(EDUARDO GALEANO)

Para Tamaruca




'A brand new world' - Sexy Sadie