15 enero 2009

Últimas mañanas con Teresa

Te quedan 100 páginas y ya apuntas a ganador. Lo llevas en tus letras. Es lo que yo siempre digo. Las cosas del talento. Juntas cuatro palabras y eres capaz de sacarme una sonrisa en mitad de ese gigante apestoso con ruedas, cargado de gente que ni se mira, que sobrevive al madrugón, al frío persistente e implacable, que busca desesperadamente minutos de sueño en el traqueteo infernal de esos cacharros a los que Julián de Castro llama autobuses. Y en esa atmósfera tan turbia, vas tú y me haces reír. Talento, talento...

Volteo las páginas con agilidad infinita, devoro tus enseñanzas, me siento como el Pijoaparte, anhelante, y me enamoro un poco, lo que puedo, de Teresa Serrat y de su idealismo escondido bajo trazas de niña rica. Y me generas un nudo en la garganta y hasta casi veo cómo se asoman esas lagrimas que tanto necesito echar, pero que no salen, que se enquistan en las pupilas dilatadas por este espejismo vital en el que ando sumergido.

Te quedan 100 páginas, pero ya lo has conseguido. No es que el final no sea importante, que lo es y mucho, sino que yo ya sé que lo vas a bordar. Lo intuyo. Lo huelo con cada movimiento del dedo índice al saltar de hoja en hoja. Y no lo tenías fácil. Soy un tío exigente con eso de dar sentido y sentimiento a las palabras, pero tú lo estás haciendo de maravilla. Tienes el UNO a la vuelta de la esquina. El liderato será tuyo. Es un premio que no vale mucho. Simbólico. Pero, al fin y al cabo, un reconocimiento, que en estos tiempos desagradecidos es mucho. Ahora cuando me pregunten:

- Hombre perplejo, ¿cuál es tu libro favorito?
- Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé.

Siempre fui particularmente sensible al mágico envite del semifallo, al desafío de la suerte

Y como te mereces un tema acorde a tus tremendos méritos, aquí lo tienes:



Oasis - Where Did It All Go Wrong?

1 comentario:

Natsuki dijo...

Siempre es difícil catalogar a los escritores de uno, determinar la intensidad con la que te emocionan. Pero sin duda, como a ti, Marsé me fascina. Esa manera que tiene para que las palabras surjan sin ningún tipo de esfuerzo, una detrás de la otra, tic, tac, tic,tac...

Abrazos de día azul, frío azulísimo ;-*