10 abril 2011

I feel so fine

Cielo de color apocalíptico y un cierto aroma a verano. 50 kilómetros mirando a Madrid de reojo. 150 minutos de pedaleo sin pretensiones. La felicidad a un palmo de distancia.

No matter how, I feel so fine
Your face is pictured up in the sky, up in the sky


Sexy Sadie - No matter how, I feel so fine

06 abril 2011

Underdog

Nunca he prestado demasiada atención a este blog. Nació con pretensiones elevadas, pero se quedó en el camino, en mitad de ninguna parte, como me suele ocurrir con todo, o casi todo.

Suelo venir poco por aquí y cuando me dejo caer, me quejo, me lamento, anhelo tiempos pasados o evoco situaciones improbables... Apelo poco a la sonrisa y como diría el otro, me sobran los motivos.

En cualquier caso, aquí seguimos, aunque sólo sea para compartir un poco de música.


Kill me if you dare
Hold my head up everywhere
Keep myself right on this train


Kasabian - Underdog

01 abril 2011

Ineludible

Hay citas ineludibles, momentos que no se pueden dejar escapar.
Día 1 de mayo, Sala Caracol de Madrid. Sexy Sadie en concierto.
Tengo entradas.
Locurón.


Sexy Sadie - Stay behind me

"Save me, save me..."

21 marzo 2011

Madrid-San Remo

Me refugié en el Iphone. Es lo que tienen las nuevas tecnologías. Te conectas desde cualquier sitio y en cualquier momento. Buscas un lugar para evadirte, para no pensar. Y que mejor que la app del Marca. Información en proceso de desahucio. Navegué por las noticias de ciclismo y me detuve en una que hablaba sobre Óscar Freire y la posibilidad de que ganase su cuarta Milán-San Remo. Siempre me ha caído bien el cántabro. Un sprinter en tierra de escaladores. Además, su cara se asemeja a la de mi primo J. y eso siempre me ha hecho gracia.

Miraba la foto de Freire, pero en realidad tenía ganas de llorar. Acaba de huir. ¿Un acto de cobardía? No, tal vez la única salida. A veces uno tiene que salir por pies, sin mirar atrás. Escapar del barco antes de que se hunda contigo dentro. Porque un naufragio es irreversible.

Y los naufragios se ven venir. Te pasas meses en calma, creyendo que tu barco navegará siguiendo el rumbo, capeando los pequeños temporales con solvencia y hasta crees que las canas de tu pelo son las propias de un capitán de barco al que ya no hay tormenta que pueda pararle, pero no es así.

Un buen día, las cuatro nubes que siempre rondan el barco se apelmazan y se vuelven negras. Y se desata la tempestad. Y cuando te quieres dar cuenta ya tienes el agua al cuello. Y es entonces cuando llega el momento de huir…

Esto ocurrió el viernes por la noche. Ahora es domingo, casi lunes y ni Freire ni yo hemos conseguido terminar el fin de semana como esperábamos. Él acabó en el puesto 94 y yo vuelvo a estar amarrado en el puerto, estudiando mis cartas de navegación para dar, de una vez por todas, con el rumbo correcto.



Beady eye - Kill for a dream

25 febrero 2011

Stupid boy

No estáis ya, pero se os recuerda igualmente. Valga mi obsesión por este tema como pequeño homenaje. Muy grandes los domingueros.


The Sunday Drivers - Stupid boy

30 octubre 2010

G. en demolición

Recuerdo que fue una tibia noche de invierno. Córdoba como testigo. El virus se extendía rápidamente y aquello no era Racoon City. Los zombies tampoco eran comos los de costumbre, como esos que entusiasman a D. Hablaban de sexo tántrico y sugerían la búsqueda del Soho pobre. Sea como sea, nos enredaron…bendito enredo.

Y bajo el efecto de aquel veneno creció lo inesperado. Ése vínculo que creía inalcanzable. Esa complicidad. Risas limpias y abrazos sentidos. Alguna que otra confesión y ni rastro de la mierda diaria. Tiempos para la esperanza. Un gran G. haciendo honor a su nombre.

Fue un atisbo de felicidad, tan cercana como irreal. Tal vez fuera el gin & tonic o el dichoso vodka requemao, pero me lo llegue a creer. Y después volvió la distancia.

Y con el tiempo y los kilómetros, regresó la soledad. Os echo de menos, pero os lo digo con palabras que no entendéis, porque me da vergüenza, porque parece que soy el único que desea evitar lo inevitable.

Y la poquita fe que me quedaba se diluye sin dejar rastro. Ya no me sale tirar del carro, ya no…Y cesan las llamadas y se alejan los sms. Y el grupo G. se deshace y con él una parte de mi vida.

No, no necesita explicación,
simplemente soy un perdedor.



Supersubmarina - Centro de atención

20 octubre 2010

Diga 33

Tempus fugit que dirían los clásicos. O simplemente esa jodida sensación de que el tiempo se escapa, como me digo yo casi cada día.

Y 1994 es un año que queda lejos, a cientos de miles de kilómetros de nostalgia, digo de distancia. No es que aquel año fuera extraordinario para mí (tenía por entonces 17 años y bastante tenía con sacudirme una adolescencia infinita), pero en aquellos días el genial Kurt Cobain decidió sentarse sobre un taburete de los estudios de Sony en Nueva York.

Rodeado de su banda, dedicó unas palabras al público, pasó sus dedos por las cuerdas de la guitarra y tiró de su voz desgarrada para firmar el que es, y no hay quien me lo rebata, uno de los mejores discos de la historia, el Unplugged in New York.

Hoy, 16 años después (¡madre mía!), ese lp ha dejado de ser un simple casete para convertirse en un cd. Era una tarea que tenía pendiente, olvidada bajo toneladas de polvo y que al fin he conseguido cumplir.

El día de esta singular hazaña, el 20 de octubre de 2010, podría parecer tan rutinario como cualquier otro. Pero es el día previo a que alcance los 33. Y desde que pasé la treintena cada año me sienta como una puñalada.

Bueno, ya esta dicho: 33. Al final no ha sido para tanto.




Nirvana - Come as you are

(La canción va dedicada a Ramoncín, of course)