25 abril 2006

El camino a ninguna parte

Ayer me dije a mi mismo que nunca llegaré muy lejos en ningún trabajo. No es que sea un vago ni que no me esfuerce lo suficiente, no, no es eso. Lo que pasa es que no cumplo con ninguna de las concidiciones necesarias para eso que llaman 'llegar alto'.

Y es que, como yo lo veo, para escalar puestos en la carrera laboral hay cinco caminos muy diferentes entre sí, pero igual de intransitables para mí. Vamos con ellos:

1º Tener talento. De esto ya he hablado en otro post, así que no me voy a detener demasiado en explicarlo. Simplemente diré que no he nacido con ningún talento específico y que, por lo tanto, no hay nada que se me dé bien por naturaleza.

2º Currar como un animal. Esta opción es la que yo (como otros muchos) he manejado durante mucho tiempo. Se trata de echarle horas y horas al trabajo con la esperanza (ingenuo de mí) de que algún día tanto esfuerzo será recompensado. Sin embargo, salvo excepciones*, un currante es para la empresa la mejor inversión: trabaja a destajo, cobra poco y suele poner buena cara a todo... ¿por qué ofrecerle más dinero o un mejor puesto?, ¿para que se acomode y baje el pistón?...Así piensan los empresarios. Por ese motivo, un buen día, el currante estalla, manda a la mierda a sus jefes, a su buena cara, al trabajo y se larga de la empresa en busca de otro curro en el que, de nuevo, tendrá que empezar de cero. Y esto lo digo por experiencia.

*Cuando te decides por seguir este camino y te aumentan el sueldo y las responsabilidades, entonces te das cuenta de que tienes tanto volumen de trabajo que tu vida se reduce precisamente a eso, trabajar. Sí, cobro 2.000 euros, pero trabajo 2o horas al día y apenas tengo ni tiempo para respirar. Esto es lo que le ocurre a mi jefa. Una mujer de 37 años, soltera, sin hijos, sin vida social, sin inquietudes... Esto yo tampoco lo quiero. Vamos que prefiero vivir con menos recursos, pero VIVIR.

elcurrante

3º El peloteo. Este "arte" que mucha gente cultiva con gran devoción tampoco es de mi agrado y eso que, de un tiempo a esta parte, me he vuelto más dócil y sumiso de lo que lo era en mis inicios laborales. Ahora pongo más buenas caras, le sonrío más al jefe, le rio las gracias, asumo las broncas, pero hay días que me sale la vena de proletario quemado y que las sonrisas se convierten en miradas asesinas. Entonces, mi jefe se da cuenta de que yo no soy como mi compañero - sí, ése que le cuenta todos los chismes de la oficina- sino que soy casi un sindicalista. Por este camino, tampoco.

4º Ser funcionario. Este es sin duda la madre de todos los caminos para llegar lejos. Apruebas una oposición, trabajas tus 7 horitas diarias, cobras una pasta y encima todo el mundo dice: "Joe, éste se saco una oposición muy dura...Siempre ha sido muy aplicado". Que quieren que les diga yo lo intenté y nada. Miles de leyes y de procedimientos llenaban mis apuntes y aunque de verdad que lo intenté, no pude aprobar. Adios a mi sueño de salir a las 3 de la tarde.

5º y último. La suerte. Sobran los comentarios.

Pues eso, que aquí estoy a mis 28 años, con una carrera, un máster y que aún sigo cobrando 900 euros. Tal y como lo veo o me visita la diosa fortuna o nunca podré comprarme ese chalet en la playa...Con la ilusión que me hacía ;)

Y como suele pasar, hay canciones, 'Van a por nosotros' (La Habitación Roja) que ya dicen todo lo que uno piensa.

PD- Este texto fue escrito en la hora de la comida...no vaya a ser que lo lea la jefa...

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