13 agosto 2007

Anécdota masiva

Fueron apenas cinco segundos. Al principio pensé que estaba soñando, pero cuando abrí los ojos aún me dio tiempo a certificar que no era, precisamente, una pesadilla lo que estaba moviendo mi cama. De la impresión pegué un salto y me puse en pie. Entonces regresó la calma y me inundó una tremenda sensación de desconcierto.

Cuando pude juntar un par de neuronas, lo primero que me vino a la cabeza fue que se había producido un terremoto en algún lugar más o menos lejano y que su onda expansiva había pasado por debajo de mi edificio. En ese momento, entró mi madre en mi cuarto:

- ¿Jc77 no has notado que la cama se movía?
-Sí, de hecho me he levantado corriendo de la cama…
- ¿Qué habrá sido?
- Imagino que la onda expansiva de algún terremoto.
- ¡Qué raro!


Mi madre no debió quedarse muy convencida con mi explicación, porque rápidamente inició una ronda de llamadas a familiares y amigos para preguntarles si habían sentido el temblor. Mientras tanto, yo encendí la radio y casi al instante la locutora dijo:

-Nos acaban de confirmar que el epicentro del terremoto se ha situado en la provincia de Ciudad Real (a unos 350 kilómetros de mi casa) y que su magnitud es 4,7 (después se confirmaría que era de 5,1) en la Escala de Richter.

Sismografo

Al oírlo volví a incorporarme de la cama con intención de ir a contárselo a mi madre pero ella entró en la habitación antes de que yo pudiera dar el primer paso:

- Me ha dicho una vecina que acaba de oír en la radio que ha sido un terremoto.

Pues sí, había sido un terremoto. Ya tengo una anécdota más que contar…lástima que tenga que compartirla con otros varios cientos de miles de ciudadanos.

7 comentarios:

Gaby dijo...

Siempre que ocurre un temblor por la noche y me despierta moviendo mi cama, lo primero que pienso es en la pelicula del exorcista, después cuando algo de razón penetra mi mente y me doy cuenta de lo que pasa, por regla general escucho a mi madre gritando desde la calle para que salgamos de la casa. Ella cree firmemente en la maxima de "corre y salvate", y solo rompe esa regla por el perro
.... !Ah, nada se compara al amor de una madre!.

Anónimo dijo...

Simplemente decirte q me gustó tu blog,como suele ocurrir llegué por casualidad y fue entretenido leer algunas opiniones que comparto.Un saludo.

Tamaruca dijo...

Anda, a mi me pasó una cosa muy divertida con esto, ¡jaja! me llamó un amigo mío argentino desde Buenos Aires preocupado porque escuchó las noticias y quería saber si me había pasado algo, si estaba bien... Y yo: "¿Cómo? ¿Por qué?" Y él: "Por el terremoto" Y yo: "¿Qué terremoto?" Y él: "¡Jajaja, vale! Dejaré de ller prensa sensacionalista"

:D

Habría sido divertido sentirlo, supongo...

¡Un besico!

JC77 dijo...

gaby: lo cierto es que aquí no estamos acostumbrados a que tiemble la tierra así que si llega a ser un terremoto de los de verdad no sé cómo habríamos reaccionado, pero me imagino que echar a correr sería la primera opción.

rbk: bienvenida. Un placer para mí que leas el blog y que hagas comentarios. Espero que sea la primera de muchas visitas. GRACIAS!!

Tamaruca: Umm, más que divertido yo diría que resulta inquietante. Espero que estés más animada. "...Y habrá un lugar para contemplar la belleza de cada nuevo instante". Un besazo

Tamaruca dijo...

Chi... Cada día un poquito mejor, muchas gracias :)

Anónimo dijo...

De este último no me enteré. Pero me acuerdo del anterior temblor, que estaba yo tumbado en el sillón y me empecé a balancear. Lo primero que pensé fue que era mi madre gastándome una broma y se hacía la dormida. Y es que realmente estaba dormida. No se si al día siguiente o esa misma noche en el telediario me enteré de lo de los temblores.

A mi esas cosas me hacen gracia. Miedo es lo que pasé cuando veía las imágenes del 11-S...

JC77 dijo...

Lo que para nosotros ha sido una anécdota para los peruanos ha sido una tragedia...

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Peru/comienza/reconocimiento/cadaveres/elpepuint/20070817elpepuint_1/Tes

Ojalá también lo suyo hubiera sido una simple anécdota como la mía que, eso sí, ahora no me hará tanra gracia...